Cuando los clientes se van

Una de las tareas principales de cualquier psicólogo es mantenerse actualizado, creo que nadie puede negar esta realidad. Desgraciadamente la inmensa mayoría de los profesionales en psicología rara vez leen artículos de investigación una vez que han terminado sus estudios de licenciatura. Así la mayor parte de la información nueva que reciben es por medio de noticias en los medios de comunicación las cuales traen consigo un gran potencial de desinformar por los sesgos y prejuicios de los periodistas no expertos en psicología. Lamento tener que escribir estos sermones pero hay que reflexionar un poco sobre este tema tan importante. Hagamos un breve recuento para generar un inventario personal, ¿cuántos artículos de investigación he revisado últimamente? ¿De dónde obtengo la información que utilizo para generar mi visión de la psicología contemporánea? ¿Acaso solo leo libros recomendados por colegas los cuales fueron escritos hace décadas y quizá no reflejan el estado actual de la ciencia? ¿Será realmente una buena idea aceptar como cierta la información que obtengo de las noticias que sensacionalizan algún estudio sin saber si fue mal interpretado?

Sin duda hay que leer más artículos de investigación, pero no solo eso, también hay que aprender a leer esos artículos. En primer lugar hay que saber detectar sesgos y prejuicios de los autores. Conocer los diferentes tipos de estudios e investigaciones que se pueden llevar a cabo en las ciencias sociales. Pero sobre todo mantener una perspectiva escéptica y no creer todo lo que leemos. Es importante generar una consciencia sobre nosotros mismos, de nuestros propios prejuicios. No hay que leer solo aquel material que está de acuerdo con nuestras ideas preconcebidas y desechar las críticas que atacan a nuestras teorías favoritas. Muchas veces aprendemos más de los críticos que atacan aquellas teorías que valoramos tanto. Pero sobre todo nunca olvidar que la ciencia es una labor que nunca termina, que no busca «verdades» y quizá aquella teoría o metodología que ayer nos parecía tan cierta y apropiada mañana pueda resultar obsoleta.

Después del sermón quizá pretensioso pero sin duda necesario quiero compartirles algo nuevo que aprendí al leer un par de artículos. El primero es un meta-análisis muy interesante publicado recientemente en el Journal of Consulting and Clinical Psychology. Se trata de ese problema que todo clínico a tenido que afrontar, la deserción prematura de alguno de sus clientes en psicoterapia. Los meta-análisis son buenos porque reúnen a varios estudios similares y acumulan así los datos para generar un gran estudio con mayor poder analítico y predictivo. El artículo de Swift & Greenberg (2012) nos habla de que la última revisión exhaustiva sobre la deserción en psicoterapia en adultos fue en 1993 por Wierzbicki & Pekarik. En aquellos tiempos el promedio de deserción que se encontró a través de 125 estudios fue del 47%.  Esto quiere decir que hace 20 años alrededor de la mitad de la población adulta que iniciaba algún proceso psicoterapéutico no lo terminaba. Pero mucho ha cambiado en esos 20 años, al menos en EEUU, en lo que refiere a prácticas psicoterapéuticas. Para identificar los rangos actuales Swift & Greenberg hicieron una serie de meta-análisis y meta-regresiones en donde incluyeron 669 estudios representando a 83,834 clientes. Lo que encontraron fue que actualmente el promedio de deserción es de 19.7% lo cual es una gran mejoría al ser comparada con los números de Wierzbicki & Pekarik. Esto nos dice que mientras que antes la mitad de los clientes abandonaban la psicoterapia ahora solo es una quinta parte de ellos. Es una gran disminución, pero los autores nos mencionan que aun es muy alto. Una buena meta sería que ningún cliente abandone la psicoterapia, tanto para beneficio de ellos mismos como de los clínicos.

Pero hay que considerar algunos puntos muy importantes al leer este estudio. Primeramente se trata de un meta-análisis utilizando estudios realizados en EEUU. Hay que tener en cuenta que las condiciones en las que se realiza la psicoterapia en EEUU son muy diferentes a las de México. No cualquier psicólogo puede dar psicoterapia, debe tener una licencia que obtiene a través del estado en que radica, en México cualquiera puede dar psicoterapia, incluso aquellos que ni siquiera son licenciados en psicología. El otro punto es que la psicoterapia está incluida en muchos planes de seguro médico en EEUU. Además las compañías han puesto presión para que solo aquellas técnicas psicoterapéuticas que muestren evidencia de eficacia sean introducidas en esos planes. En México aun cuando estamos trabajando en la cobertura universal de servicios de salud pública y aun cuando en la misma constitución se habla de atención a la salud mental la penetración es mínima y solo en algunos casos se brinda este servicio a través de algún plan de seguro médico público.

Estuve buscando algún estudio realizado en México sobre deserción en el proceso psicoterapéutico y solo encontré uno. Probablemente existan más, pero definitivamente no hay ningún tipo de análisis a través de meta-análisis. En el estudio realizado por Torres & Lara (2002) se menciona un rango de deserción del 49% en clientes que cursaban un proceso psicoterapéutico. Este estudio fue publicado en el 2002 y hay que tener en cuenta que la muestra solo fue de 82 pacientes. Podemos observar que estos rangos son muy similares a los reportados en 1993 por Wierzbicki & Pekarik. Sería interesante el observar que ha cambiado en la práctica psicoterapéutica de los últimos 20 años en EEUU y que pudiera explicar la disminución. Una de las cosas que pudiera uno pensar es el aumento de interés que se le brinda a la relación psicoterapéutica actualmente. Hoy en día se cree que una buena relación entre cliente y terapeuta es necesaria para obtener resultados positivos, tal y como lo había dicho Rogers hace tiempo aunque con la diferencia de que se ha encontrado que no es suficiente. Rogers pensaba que la relación era necesaria y suficiente para el cambio positivo, hoy en día se sabe que no es así, se necesita también una tecnología además de la relación empática. Otro factor de cambio que pudiera tener algún efecto son las nuevas terapias que surgieron a partir de los 90’s. Lo que se llama la «tercera ola» de intervenciones cognitivo-conductuales. Estas nuevas terapias colocan un énfasis en lo que se llama mindfulness en inglés y que podríamos traducir como una atención consciente a eventos privados así como en la aceptación de esos eventos. La tendencia actual es un cambio desde el control que se observa en las terapias cognitivo-conductuales tradicionales hacia la flexibilidad en las de la tercera ola. Pudiera ser un factor que haya tenido influencia sobre la disminución en la deserción, pero esto obvio es pura especulación de mi parte.

Por último el meta-análisis de Swift & Greenberg (2012) nos arroja un poco más de información muy interesante. No solo es importante que tanta gente abandona el proceso psicoterapéutico, pero también cuales son las características de estas personas que lo hacen. Los autores mencionan que la deserción no fue moderada por la orientación de la terapia, si el tratamiento se aplico de forma individual o en formato de grupo, ni por un número de variables demográficas. Pero lo que si moderó los resultados fue el diagnóstico y edad del cliente, el nivel de experiencia del proveedor, el lugar de la intervención y otras variables. Lo que nos dicen es que aquellos clientes que eran más jóvenes y que tenían un diagnóstico de trastorno de personalidad o de alimentación fueron los más probables en abandonar el tratamiento. Para un clínico con experiencia esto no es nada nuevo, ya que saben bien que un cliente joven o adolescente con problemas de personalidad son los más difíciles a tratar.

Como conclusión solo me queda decir que es necesario una mejor organización y regulación por parte de los profesionales en psicología. Necesitamos instituciones fuertes que nos representen y que hagan presión para que se incremente la penetración de nuestros servicios en la población. Pero al mismo tiempo se deben mejorar las prácticas y esto solo se puede hacer basándose en evidencia y estudios científicos. Desgraciadamente en México la práctica humanista es de las más fuertes y su modelo de trabajo no-científico no se presta para ser evaluada basándonos en evidencia. Los practicantes humanistas nos dirán que no es importante el análisis científico de la persona ni sus resultados, sino su acompañamiento en su desarrollo personal. No es de extrañar pues que a una gran parte de psicólogos humanistas les guste introducir un gran misticismo a su práctica.

Gracias por leer este artículo, si les gustó no olviden comentar y si no les gustó con mucha mayor razón.

Referencia:

Premature discontinuation in adult psychotherapy: A meta-analysis. Swift, Joshua K.; Greenberg, Roger P. Journal of Consulting and Clinical Psychology, Vol. 80(4), Aug 2012, 547-559.

Apego al tratamiento psicoterapéutico y resultados de una intervención breve en pacientes de consulta externa psiquiátrica. Torres Torija, Javier C.; Lara Muñoz, María, C. Salud Mental, Vol. 25(6), Dic 2002, 27-34.

3 comentarios en “Cuando los clientes se van

  1. Son muy interesantes los resultados arrojados en México. Definitivamente faltan instituciones que se encarguen de generar conciencia en la población sobre la importancia de la psicoterapia. Si lo vemos del punto de vista reduccionista nos tocaría empezar a generar este cambio en quienes nos rodean.

  2. Son muy interesantes lo resultados obtenidos en México. Definitivamente nos hace falta generar conciencia sobre la importancia de la psicoterapia y su eficacia. Claro, siempre con objetividad cientifica.

  3. Totalmente de acuerdo en su análisis de la situación sr. Borja. No solo en el tema general del artículo. Sino también en la propuesta de obtener evidencia y estudios científicos que respalden la evidencia que apoye los resultados positivos de un proceso terapéutico. Sin importar los resultados. Lo principal es motivar a nuestro practicantes a crear sus propias teorías en el tema de salud mental. En conclusión entender que funciona y que no funciona para cada individuo. Ya que es importante reconocer que sin está evidencia será muy difícil proveer un tratamiento (acompañamiento) adecuado, puesto que cada persona tiene su propia identidad. sera difícil descifrar o especular en lo que funcionará o no, basado en estudios y teorías, que aunque son valiosas e importantes, son de culturas, prácticas, y tradicionea, que son absolutamente diferente a las de nuestra jente. Por último es admirable ver que toma iniciativa en este tema. Pues el primer paso para promover una sociedad más libre de prejuicios es aceptando y entendiendo las diferencias que existen actualmente. Y que hay que analizar con respeto sin caer en la falsa creencia que una sola respuesta es la correcta para cada individuo. Admirable su punto de vista y onestidad.

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